Año 2, la historia continúa
Bueno, aquí estamos otra vez, y parece mentira. Afortunadamente puedo decir con orgullo que superé con una media decente el curso pasado y que este sólo debo preocuparme de las asignaturas de las que me he matriculado (osease, todas). Poco puedo decir de este inicio de curso; la intención es buena pero parece que el vaguismo prevalece, hay que ponerse las pilas. Y bueno, un año más siento que soy muy pequeña con respecto a mis compañeros, en cuanto a arte se refiere, será cuestión de buscarme una musa que me guíe, o hacer lo que se ha hecho toda la vida, darme al alcohol y los opiáceos; aunque por ahora pretendo descartar esa opción, quizás sea el problema. Lo que sí he notado es que el curso pasado me ha hecho mella. El arte , o el ámbito del arte más bien, es como un virus extraño del que no te das cuenta, como un resfriado tonto que pillas solo porque te has ido a la cama carraspeando y te levantas con la garganta inflamada al día siguiente, simplemente no lo ves venir. Pu